¿Cómo puedo saber si un alumno tiene TOC?

 

El TOC puede ser difícil de detectar y a menudo los jóvenes con este trastorno son muy habilidosos escondiéndolo ya que tienen miedo a que la gente lo averigüe. Sin embargo existen algunos signos a los que puedes prestar atención.

 

Un joven con TOC puede estar distraído en el aula si está experimentando obsesiones frecuentemente, o  puede mostrarse angustiado sin razón aparente. Incluso es posible que puedas darte cuenta de que tiene que hacer algunas compulsiones en la clase o cerca de la escuela. Por ejemplo, algunos niños con TOC serán muy lentos a la hora de completar su trabajo puesto que tienen que reescribir las frases o estar constantemente organizando sus libros o su material escolar. También puede que lleguen tarde si se “atascan” en alguna compulsión fuera de clase. Aunque estos pueden ser signos del TOC, es importante tener en cuenta que también pueden indicar otras dificultades del aprendizaje o del comportamiento.

 

Algunas áreas en las que el TOC puede impactar son:

 

La hora del almuerzo, especialmente si las preocupaciones del niño están relacionadas con la contaminación o con ponerse enfermo.

 

Los deberes.

En algunas ocasiones, dependiendo de la naturaleza del TOC, es posible que éste influya en las tareas escolares. Algunos niños pueden tener dificultades para encontrar tiempo para hacer los deberes por las tardes debido a sus compulsiones/rituales. Para otros, llevará el doble de tiempo si ellos necesitan releerlas o reescribirlas. Algunos niños pueden no entregar sus trabajos si tienen el pensamiento de que haciéndolo podría dar lugar a que algunas de sus preocupaciones se volviesen realidad.

 

Prestar atención o seguir con la tarea en clase si están preocupados con las obsesiones o tienen compulsiones de releer o reescribir.

 

Relacionarse con iguales.

El TOC puede interferir en las relaciones del niño con sus compañeros. Los jóvenes con TOC pueden experimentar obsesiones que estén relacionadas con sus amigos (p.e. tener la sensación de que van a golpear a otro niño) o pueden ocupar una gran parte de su tiempo libre llevando a cabo un gran número de rituales. El TOC también les puede hacer sentir tristes y es posible que no se gusten mucho a sí mismos. Todo ello puede dar lugar a que el niño se aísle de los demás o que no disponga de tiempo suficiente para pasarlo con sus amigos.

 Sin embargo el TOC no siempre da lugar a problemas en las relaciones con los iguales. En ocasiones, los niños y adolescentes con TOC funcionan bien en la escuela y con los amigos pero el trastorno “toma el control” cuando el niño está solo o en casa.